Colección Regional
de Peces UCLA-Barquisimeto Para la Biogeografía, integridad y conservación de la
ictiofauna continental en el centroccidente de Venezuela La Biodiversidad y su
Conservación en el Río Tocuyo de Venezuela. Una investigación sobre ríos,
peces y bosques ribereños |
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La Integridad
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La
ictiofauna del río Tocuyo Extracto tomado de: Rodríguez-Olarte, D.,
Coronel J. L., Taphorn, D. C. y A. Amaro. 2007. (2006). Los peces del río
Tocuyo, vertiente Caribe, Venezuela: un análisis preliminar para su
conservación. Memoria de la Fundación La Salle de Ciencias Naturales,
165:45-72. Descargar Según la Estrategia Nacional para la Diversidad Biológica del
Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales de Venezuela, varias cuencas
de la vertiente Caribe, como la de Aroa, Tocuyo y Yaracuy, son considerados
como objetivo y prioridad para su estudio y conservación, puesto que
persisten bajo una avanzada intervención humana que afecta negativamente a la
biodiversidad acuática asociada, la cual no está claramente conocida. Estos focos de atención exigen un mayor
conocimiento y manejo de los recursos hidrobiológicos. Con base en lo anterior, se desarrolló en
la cuenca del río Tocuyo un estudio de la ictiofauna y sus principales
atributos, determinándose la riqueza y diversidad de especies, así como su
distribución, su abundancia, el uso por parte de la población y las
prioridades en cuanto a su manejo y conservación. Métodos Se efectuaron muestreos y observaciones de peces sólo en ríos
permanentes y eventualmente en embalses.
Los muestreos fueron estandarizados empleando electropesca y otros
artes y aparejos de pesca. Para
recabar información sobre el uso de los peces por parte de la población se
aplicaron entrevistas informales no sistematizadas, con base en el modelo de
preguntas y/o informantes clave a los habitantes ribereños, pescadores y/o
usuarios de los ríos y de los principales embalses. Se asignó una condición (dulceacuícola, anfidroma, estuarina y
marina) a cada especie según los ambientes de capturas e información bibliográfica. La diversidad se determinó mediante índices
clásicos. En el análisis de la
distribución se clasificaron los peces con distribución aislada, restringida,
local y dispersa. Se aplicó también
una clasificación de la abundancia.
Los peces también fueron clasificados según el uso: pesca de
subsistencia, deportiva o comercial. Resultados Se reconocieron 123 especies, ubicadas en 11 órdenes y 34
familias. De estas, 58 fueron de
carácter dulceacuícola y el resto estuarinas, marinas y anfidromas. Es previsible que el número de especies
marinas sea mucho mayor al reportado. En las aguas dulces los principales
órdenes fueron para los peces Siluriformes, con 6 familias y 20 especies, y
los Characiformes, con 5 familias y 15 especies. Las familias las más representativas fueron
la de peces Characidae (16 sp), los Loricariidae (9 sp) y los Pimelodidae (4
sp). Los Perciformes dulceacuícolas
alcanzaron cinco especies con la predominancia de los Cichlidae. En la desembocadura del río Tocuyo, los estuarios y los caños de
marea asociados, la riqueza de peces fue elevada pero expresada prácticamente
por los taxa marinos. Los Perciformes
predominaron con las familias Gobiidae (4 sp), Sciaenidae (11 sp), Gerreidae
(5 sp) y Carangidae (5 sp), entre otras.
En los Siluriformes las familias representativas fueron los
Loricariidae, Ariidae, Pimelodidae y Bagridae. En base de datos se muestran los listados
de especies reconocidas para los principales ambientes de la cuenca. El listado general para los peces se
encuentra en descargas. Los bagres Loricariidae, como Ancistrus y Chaetostoma, son abundantes y
dispersos en toda la cuenca Las especies endémicas reconocidas hasta el momento fueron Creagrutus crenatus, Hypostomus pagei y Pseudopimelodus mathisoni. Sin embargo,
aún persisten complicaciones taxonómicas para la región, por lo que se
considera que varias especies son endémicas y/o nuevas para la ciencia. Las especies introducidas fueron la trucha
exótica Oncorhynchus mykiss
(Salmonidae) y el bagre chorrosco del Orinoco Pimelodus blochii (Pimelodidae). Las observaciones en embalses y
lagunas artificiales indicaron la presencia de otras especies introducidas,
tales como tilapia (Oreochromis
sp.; Cichlidae) y cachama (Colossoma
macropomun; Characidae), entre otras. Algunas poblaciones, como las de Creagrutus
melasma en la quebrada del Toro, tienen características únicas En la clase de distribución aislada (56 especies) se presentaron
prácticamente todas las especies marinas o anfidromas, siendo reconocidas en
la desembocadura del río Tocuyo y en los caños de marea asociados; muy pocas
especies dulceacuícolas se ubicaron en esta clase. Para la clase de distribución restringida
las especies fueron Astyanax venezuelae,
Gephyrocharax venezuelae, Hypostomus pagei, Ancistrus triradiatus y Brachyhypopomus
diazi, entre otros. Con
distribución dispersa sólo se encontraron Aequidens
pulcher (actualmente reconocido como Andinocara
pulcher), Pimelodella odynea y Rhamdia quelen. La mayor riqueza de especies dulceacuícolas
se presentó alrededor de los La clase de abundancia ocasional contuvo la mayor cantidad de
especies (24). Las especies que demostraron
la mayor abundancia para todo el sistema fueron Chaetostoma sp. A, Bryconamericus
sp. B, Chaetostoma anomalum, Poecilia reticulata y Lebiasina erythrinoides. En la desembocadura del río Tocuyo al mar
la abundancia fue baja de manera generalizada, pero con los juveniles de
algunas especies marinas fueron abundantes.
En el total de capturas para la desembocadura se reconocieron como las
especies más frecuentes a Achirus
lineatus, Anchovia clupeoides, Arius herzbergii, Arius rugispinnis, Caranx hippos
y Centropomus undecimalis. Se reconocieron 68 especies con interés para la población,
predominando el uso para la pesca de subsistencia. En sí, el uso de los peces fue menor en
altitudes elevadas respecto a otros sectores de la cuenca y la pesca
generalmente fue practicada por pobladores locales. Por encima de los 700 msnm (Alto Tocuyo) se
encontró el menor uso para los peces, y casi todos fueron empleados en la
pesca de subsistencia, resaltando las carpillas (Lebiasina erythrinoides), corronchos (Ancistrus sp., Chaetostoma
sp.) y sardinas (Astyanax
sp.). En pequeños arroyos del parque
nacional Dinira se evidenció la pesca deportiva de la trucha, pero de manera
eventual. En el tramo final del río
Tocuyo y su desembocadura existe la pesca comercial pero hacia pocas
especies, como los róbalos (Centropomus
spp), lisas (Mugil spp) y bagres
(Ariidae, Bagridae). La Conservación de la
ictiofauna El rápido proceso de homogeneización de la diversidad biológica
en los ambientes acuáticos es asociado fundamentalmente a la pérdida de
hábitat por actividades relacionadas con la demanda de agua para el consumo
humano y agrícola. Las áreas
protegidas de mayor cobertura en la cuenca del río Tocuyo no garantizan necesariamente
la protección de la ictiofauna dulceacuícola, pues o se ubican en altitudes
muy elevadas (Parque Nacional Dinira) donde la riqueza de especies es muy
baja o en el la región semiárida, con muy pocos ambientes acuáticos (Parque
Nacional Saroche). Sólo el Parque Nacional Cueva de la Quebrada del Toro protege un
pequeña cuenca, pero con una baja riqueza de especies. No obstante, la protección que ofrecen las
áreas protegidas a las cuencas incide directamente en el estado de
conservación de los ríos y, por ende, de su biota. Aparte de los numerosos embalses de origen
público, la construcción de otros por parte de los agricultores y la
extracción arbitraria del agua de los ríos representan una amenaza para la
biodiversidad acuática. Ya muchos ríos
han sido seccionados por estos embalses y los pocos que quedan se encuentran
tienen fuerte extracción de agua. La desembocadura del río Tocuyo presenta un deterioro muy
elevado de su hábitat y ambiente fluvial; expresado por una fuerte
sedimentación del cauce y la extirpación casi total de sus manglares. Esto tiene una repercusión importante sobre
la ictiofauna, pues los juveniles de las especies marinas, que en gran
cantidad sobreviven sus etapas iniciales en los estuarios y tramos finales de
los ríos, no encuentran el hábitat adecuado para su crecimiento. El análisis de similitud para la ictiofauna local sugiere
prioridades para la conservación de los cuerpos de agua menos intervenidos
y/o con mayor riqueza de especies. La
subcuenca con menos intervención aparente fue la del río Curarigua; éste es
permanente, no represado y, aún cuando tiene intervención (deforestación,
efluentes urbanos y agrícolas), mantiene generalmente comunicación con el
cauce principal (río Tocuyo). Este
cauce debe considerarse como de prioridad con interés en la conservación
porque el mismo es el único río no represado de la vertiente andina en el
sistema. Otra subcuenca del grupo andino pero con destino a la depresión
de Carora es la del río Villegas, la cual contiene especies particulares y
tiene intervención moderada en su área de captación. Lamentablemente su corriente es extirpada
por un embalse en su tramo final. Los
ríos Camoruco y Totoremo son señalados como de prioridad, así como el río
Araurima. El cauce principal aún cuando demostró la mayor riqueza de
especies, se encuentra muy intervenido y seccionado por represas, por lo que
se necesitan acciones para la conservación de sus cabeceras y sus bosques
ribereños. Para
obtener más información sobre la cuenca y datos referidos vea Bibliografías y
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© Douglas Rodríguez Olarte. Colección
Regional de Peces, CPUCLA. Laboratorio de Ecología. Decanato de Agronomía.
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. UCLA. Barquisimeto, Lara,
Venezuela. Agosto 2005
(actualizaciones: Mayo 2007, Septiembre 2011) |