Patrones de los peces de agua dulce en la vertiente Caribe de Venezuela

 

Consideraciones tomadas de: Rodríguez-Olarte, D., Taphorn, D. C., Lobon-Cervia, J. 2009. Patterns of freshwater fishes of the Caribbean versant of Venezuela. International Review of Hydrobiology, 91(1):67-90, Descargar. Premio anual de investigación UCLA 2009.

 

    Suramérica contiene la mayor riqueza de especies dulceacuícolas del planeta, presentando una mayor diversificación en los grandes drenajes (Amazonas, Orinoco), pero también en ambos flancos de los Andes y en las vertientes aisladas que drenan al mar.  El estudio de la biogeografía de estas faunas ha tenido un avance rápido y sus alcances actuales se expresan por la revisión filogenética de grupos específicos, el estudio de la distribución regional o continental; no obstante, algunas regiones o cuencas relativamente pequeñas tienen historias geológicas que no necesariamente se asocian con los patrones en la riqueza y distribución de especies reconocidos a mayor escala, más aún, exponen procesos sólo a escala local.  A parte de esto, la ictiofauna neotropical aún es conocida parcialmente, principalmente por el variante conocimiento de la sistemática para muchos taxa, insuficientes registros sobre su distribución y dificultades en asociar las hipótesis filogenéticas con la historia geológica, entre otras.

    Diferentes procesos geológicos han propiciado la existencia de biotas particulares en las vertientes del Norte de Suramérica, que a su vez han determinado regiones con faunas homogéneas (sensu lato provincias biogeográficas) poco reconocidas, delimitadas o caracterizadas en su totalidad. Aparte de la historia conocida para la región, se estima que varios procesos extinción y especiación han ocurrido y permitido la actual riqueza de especies.  En escalas geográficas amplias es previsible discriminar dominios o provincias biogeográficas, tal y como es evidente en la ictiofauna de la vertiente Caribe de Venezuela (VCV), donde se reconocen inicialmente dos grandes biotas: Maracaibo y Caribe; sin embargo, este nivel de resolución impide discriminar cuantitativamente la biota a menores escalas y limita el reconocimiento de los procesos locales que inciden en el patrón biogeográfico regional. Así, en escalas locales y regionales las biotas pueden tener una heterogeneidad relevante, además de expresar gradientes particulares.

    Puesto que los eventos geológicos y climáticos son conocidos en gran parte de la VCV es posible relacionarlos con los datos sobre la riqueza y distribución de especies para inferir sobre el actual patrón biogeográfico.  En las cuencas de la VCV no han sido reconocidos plenamente los patrones en la distribución de la ictiofauna dulceacuícola que permitan identificar la variación faunística en algunas regiones y menos aún como para identificar áreas de interés en la conservación.  En consecuencia, nuestro objetivo fue dilucidar los patrones en la riqueza y distribución actual de especies de peces dulceacuícolas en la VCV para reconocer entidades biogeográficas y establecer su relación con procesos y eventos geológicos y climáticos.

 

Los métodos

Atributos de las cuencas hidrográficas. Para efectos de este trabajo todos los drenajes al mar Caribe entre las penínsulas de la Guajira y Paria componen la VCV.  La agrupación y división de cuencas se estableció con base en los mapas geológico y neotéctonico de Venezuela, así como en los registros de relieve, superficie, altitud y divisorias de aguas. Las cuencas resultantes fueron (Figura 1): Limón, Palmar-Apón, Santa Ana, Catatumbo, Escalante, Chama, Tucaní, Motatán, Misoa, Pueblo Viejo, Mene, Cocuiza, Matícora, península de Paraguaná, Mitare, Hueque, Tocuyo, Aroa, Yaracuy, Central, Valencia, Tuy, Unare, Neverí, Manzanares, Cariaco, isla de Margarita, Paria, Ranchería (Guajira colombiana), San Juan y la isla de Trinidad.  Se consideraron drenajes áridos y húmedos: la condición árida considera elevadas temperaturas y una baja o muy baja pluviosidad. Las cuencas consideradas áridas fueron Ranchería, Cocuiza, Matícora, Mitare, Paraguaná, Hueque, Ricoa, Tocuyo, Unare, Neverí, Manzanares, Cariaco y Margarita, mientras que las restantes fueron clasificadas como húmedas.

 

Figura 1.  Vertiente Caribe de Venezuela y cuencas vecinas: (1) Ranchería, (2) Limón, (3) Palmar-Apón, (4) Santa Ana, (5) Catatumbo, (6) Escalante, (7) Chama, (8) Tucaní, (9) Motatán, (10) Misoa, (11) Pueblo Viejo, (12) Mene, (13) Cocuiza, (14) Matícora, (15) Mitare, (16) península de Paraguaná, (17) Hueque y Ricoa, (18) Tocuyo, (19) Aroa, (20) Yaracuy, (21) Costa central, (22) Lago de Valencia, (23) Tuy, (24) Unare, (25) Neverí, (26) Manzanares, (27) Cariaco, (28) Margarita, (29) Paria, (30) San Juan y (31) Trinidad Island. Hitos geográficos: Península de la Guajira (A), Lago de Maracaibo (B), Golfo de Venezuela (C), Península de Paraguaná (D), Península de Araya (E), Península de Paria (F) y Golfo de Paria (G).

 

 

Bases de datos sobre la ictiofauna. Se seleccionaron 12155 registros de especies dulceacuícolas provenientes de las colecciones de peces de CPUCLA, MCNG, MHNLS, EBRG y ICN-UNC y de las bases de datos de California Academy of Sciences y FishBase. Se dispuso de referencias generales para actualizar los registros y se complementó la información con inventarios locales y regionales. Se consideraron especies endémicas aquellas con distribución restringida a una provincia o subprovincia dentro de la VCV.  Las especies con ocurrencia sólo en cuencas o subprovincias aledañas a la VCV (e.g. San Juan) se consideraron restringidas, pues no se determinó su distribución general. Ya que nuestro interés fue reconocer los patrones de distribución para la fauna dulceacuícola estricta, no se consideraron aquellas especies o grupos periféricos que ocurren en ambientes con influencia marina (desembocaduras, estuarios) y aquellas con condición anfídroma, como las familias Gobiidae, Ariidae y Gerreidae, entre muchas otras.

    Se elaboró una matriz conteniendo registros binarios de presencia-ausencia para 34 familias y 270 especies dulceacuícolas estrictas con ocurrencia en cuencas de la VCV, Ranchería, Paria, San Juan y Trinidad.  Para reconocer los patrones de distribución según su tolerancia a la salinidad se consideraron especies primarias y secundarias. La dispersión de los peces primarios, fisiológicamente intolerantes a las condiciones salinas, depende fundamentalmente por las conexiones entre drenajes, anastomosis, capturas de cabeceras, eventos de precipitación o inundación extraordinarias, mientras que los peces secundarios tienen tolerancia relativa al medio salino, con lo cual podrían dispersarse a lo largo de los litorales marinos, por lo que es considerado como un atributo que explique la presencia y distribución de estas faunas a lo largo de la VCV.

Clasificación y ordenación. Para clasificar y comparar las relaciones de distribución para la ictiofauna se aplicaron análisis de clasificación cluster mediante el algoritmo UPGMA empleando los coeficientes de similaridad de Jaccard y de disimilaridad Euclidiana pues estos han sido efectivos para la resolución biogeográfica y la comparación de los dendrogramas generados. Para probar agrupaciones naturales en los datos se comparó cada matriz original con una matriz de valor ultramétrico de los datos originales para obtener correlaciones cofenéticas.  Si dos matrices muestran los mismos patrones de agrupación se produce una elevada correlación cofenética, indicando una baja distorsión de los datos.

    Para contrastar los resultados de los dendrogramas se desarrolló un análisis a escala multidimensional no métrica (NMS) basado en las mismas medidas de distancia. En el NMS la distorsión relativa de los datos originales fue evaluada mediante los valores medios de stress; éstos decrecieron hasta valores apropiados para representar la ordenación en el menor número de dimensiones posibles. En los análisis multivariados no se incluyeron los drenajes de la península de Paraguaná y la isla de Margarita pues no se disponen de registros históricos adecuados y además contienen faunas depauperadas.

    Con base en el análisis de riqueza y distribución de especies y los análisis multivariados se detectaron las entidades biogeográficas. En este trabajo se consideraron como dominios biogeográficos a las regiones extensas, como los grandes drenajes regionales o grupos de cuencas (e.g. lago de Maracaibo) con muy pocas especies compartidas o muy baja similaridad, usualmente menor al 25%, respecto a otras cuencas o entidades. Las provincias representan conjuntos de cuencas con biotas que tienen una similaridad de sus faunas.  Al nivel local, las subprovincias se consideraron entidades menores, cuencas aisladas o pequeños grupos de cuencas, con una elevada proporción de especies compartidas y elevada similaridad. La designación de algunas entidades y sus límites geográficos fue respaldada también por su ubicación espacial y su relación con barreras geográficas evidentes.  Para inferir sobre los patrones detectados en la riqueza y distribución de especies, las entidades biogeográficas fueron caracterizadas en cuanto a su riqueza de especies, discriminando las de carácter endémico, así como los eventos geológicos y climáticos reconocidos en la historia pasada y reciente al norte de Suramérica.

 

Resultados generales

    De las 34 familias evaluadas, los Characidae (64 spp) y los Loricariidae (55 spp) abarcaron cerca del 45 % de la riqueza general (ver Tabla 1: Lista de especies de peces continentales en la vertiente Caribe de Venezuela, 2009). Pocas familias sobrepasaron las diez especies, destacando los Cichlidae, Rivulidae y Heptapteridae, entre otras; mientras que con cinco o menos especies se reconocieron 25 familias. La mayor presencia de especies de peces Characidae fue en las cuencas Tocuyo, Aroa y Tuy; mientras que los peces Loricariidae fueron más especiados en las cuencas que drenan al lago de Maracaibo. La riqueza de especies presentó un gradiente de cambio en sentido de la longitud geográfica y con máximos valores en los drenajes al Lago de Maracaibo y algunas cuencas particulares (e.g. Aroa, San Juan). 

    Las cuencas con mayor número de especies (Catatumbo y San Juan) presentaron gradientes similares de especies que comparten con otras cuencas de la VCV.  La proporción de especies primarias (206 spp) fue generalmente elevada en cada cuenca (66%), mientras que la especies secundarias (64 spp) tuvieron promedios menores, pero estos aumentaron hasta cerca del 50% en las cuencas de menor tamaño y de condición árida, como en los drenajes al Norte del estado Falcón (e.g. Mitare).

    El dendrograma UPGMA basado en la medida de distancia de Jaccard generó un arreglo de las cuencas acorde con el geográfico espacial real (Figura 2).  Los límites de VCV correspondieron con los límites geográficos estimados inicialmente.  Se reconocieron tres entidades con gran diferencia entre sus biotas: Magdalena, Maracaibo y Caribe.  Estas biotas tienen su división aproximada entre los pares de cuencas de Ranchería-Limón, Mitare-Hueque y Cariaco-Paria. La correlaciones cofenéticas para los dendrogramas basados en los coeficientes de similaridad de Jaccard y de distancia Euclidiana indicaron un elevado ajuste de los datos. En ambos dendrogramas se identificaron grupos de cuencas con faunas homogéneas (Perijá-Andina, Zulia Oriental, Mitare, Tocuyo-Yaracuy, Tuy-Valencia, Neverí-Cariaco, Caribe Atlántica y Trinidad). De igual manera, las ordenaciones NMS basadas en los diferentes coeficientes discriminaron varias entidades para la ictiofauna.

 

Figura 2. Relaciones generales entre las ictiofanas en la VCV y cuencas vecinas. Los dendrogramas UPGMA son basados en los coeficientes de Jaccard y euclideo. Los límites entre las entidades biogeográficas son representados por líneas punteadas. Las barras verticales indican dominios. Las provincias son A: Magdalena, B: Maracaibo, C: Caribe Occidental, D: Caribe Central y E: Caribe Oriental. Las subprovincias son: Perijá-Andes (I), Zulia Oriental (II), Falcón (III), Tocuyo-Yaracuy (IV), Tuy-Valencia (V), Neverí-Cariaco (VI), Caribe Atlántica (VII) y Trinidad (VIII)].

 

 

   Las diferencias a pequeña escala sugieren que las biotas de peces en la VCV son heterogéneas y pueden dividirse en entidades jerárquicas variadas.  Algunos autores reconocen a mayores escalas diferencias entre las biotas al Norte de Suramérica, separando las provincias de Magdalena, Maracaibo, Costa de Venezuela y Trinidad y Tobago.  En este estudio no se dispuso de información que permitiese comprobar relaciones o límites biogeográficos a escalas mayores (ejemplo: dominios); no obstante, las diferencias robustas encontradas sugieren que a escalas regionales y locales los patrones biogeográficos varían en gran medida y pueden ser decisivos en el reconocimiento de entidades biogeográficas jerárquicas. Estos resultados han permitido una regionalización en los patrones de distribución para la ictiofauna a nivel local y regional en la vertiente Caribe de Venezuela.  La comparación de las faunas entre varias cuencas permitió reconocer los límites específicos y las relaciones con drenajes al Caribe y Atlántico.

Entidades biogeográficas. Dos dominios confluyen en la VCV: Maracaibo y Caribe (Figura 3).  El límite oriental del dominio Magdalénico (cuenca Ranchería) y su ictiofauna tuvo muy baja relación respecto a los otros dominios.  La diferencia en la contribución de especies compartidas entre las cuencas de Limón (Maracaibo) y Ranchería, sugieren que esta última es parte de una provincia dentro del dominio Magdalénico. 

    Cinco provincias biogeográficas son reconocidas (Magdalénica, Maracaibo, Caribe occidental, Caribe central y Caribe oriental) y presentan diferencias notables en el número de especies endémicas (Figura 3). En las subprovincias detectadas (Ranchería, Perijá Andina, Zulia Oriental, Mitare, Tocuyo Yaracuy, Tuy Valencia, Unare Cariaco, Caribe Atlántica y Trinidad) se evidenció un gradiente de cambio de la riqueza de especies, siendo la subprovincia Perijá Andina la más relevante en cuanto a su endemismo y riqueza general de especies. La segunda subprovincia con mayor riqueza y endemismo fue Tocuyo Yaracuy. 

    La subprovincia Caribe Atlántica, siendo limítrofe con la VCV, presentó la mayor cantidad de especies, pero muchas de éstas no necesariamente se restringen a las cuencas de Paria y San Juan, siendo reportadas también en la cuenca del río Orinoco.  Algunas subprovincias (ejemplo: Mitare) no presentaron ninguna especie endémica (sin embargo, recientemente se describió un nuevo pez Loricariidae: Ancistrus falconensis). Por otro lado, la ocurrencia de taxa primarios y secundarios al nivel de subprovincias mantuvo una proporción similar, registrándose mayor número de especies secundarias en las subprovincias conformadas por cuencas áridas, pero también de menor tamaño. En el texto original se describen de manera extensa las subprovincias.

 

Figura 3. Provincias y subprovincias detectadas en la vertiente Caribe de Venezuela con base en los dendrogramas empleando coeficientes de Jaccard (J) y euclídeo (E). MA: Magdalena (dominio): cuenca de Ranchería.

 

 

Los refugios hidrográficos. Se postula que las variaciones climáticas durante los períodos de máximo e intermedio glacial durante el Pleistoceno han incidido negativamente sobre las biotas que se encuentran en los extremos de altitud, ya que estarían expuestas a valores extremos de sequía y/o temperatura; caso contrario ocurriría con aquellas poblaciones de peces asociadas a las vertientes (piedemontes) donde las condiciones ambientales serían menos severas. Durante el Pleistoceno los ambientes acuáticos podrían actuar como microclimas que protegieron a la fauna de los extremos ambientales.  Las cuencas de los ríos Aroa, Yaracuy y Urama drenan un “abra geográfico” expuesto a los vientos alisios que aportan humedad sostenida principalmente en las laderas y montañas, donde pueden ocurrir precipitaciones orográficas. En el piedemonte de estas cuencas existe la mayor riqueza de especies, incluyendo las endémicas, y por encima de los 800 msnm sólo dos especies son reconocidas. 

    Se estima que en momentos de máximo o intermedio glacial las planicies aluviales y/o las máximas alturas locales en la región (1500-2000 msnm) mantendrían condiciones extremas que limitarían la permanencia de la ictiofauna dulceacuícola, pero las vertientes húmedas servirían como refugios hidrográficos para el mantenimiento de la ictiofauna local. Estos refugios hidrográficos se representarían como áreas aisladas en el entorno regional menos húmedo.  Un refugio hidrográfico importante ocurriría en las planicies y vertientes al Sur del lago de Maracaibo, donde ocurre la mayor riqueza de especies para esa provincia.  Esta región está sujeta a una pluviosidad muy elevada (4300 mm anuales), producto de los vientos que descargan la humedad gracias a la confluencia de los sistemas orográficos. 

    Dada la historia geológica en la VCV, las áreas clave detectadas también serían expresión de las perturbaciones de alcance regional (e.g. trasgresiones, orogénesis) que permitieron la alopatría, pero también de ambientes acuáticos heterogéneos y estables en las vertientes de las montañas. La conformación geográfica de las áreas clave en la VCV sugiere que los refugios hidrográficos no estarían necesariamente reducidos al Pleistoceno sino que tendrían una condición pretérita y una influencia constante hasta el día de hoy.  Los refugios hidrográficos pueden ser relacionados en parte con las hipótesis de Refugio y de Museo, las cuales consideran que las poblaciones están sujetas a la especiación en ambientes fragmentados o en sectores de alta montaña durante incursiones o ascensos del nivel del mar en el Pleistoceno, para luego dispersarse a otros ambientes en momentos climáticos menos restrictivos.

Dispersión en la vertiente Caribe de Venezuela. Las especies primarias predominan en casi todas las cuencas estudiadas, pero existen variaciones locales.  La ubicación de las cuencas con menor proporción de especies primarias puede estar asociada a los ambientes con alguna influencia marina mientras las condiciones regionales ancestrales afectaron negativamente el caudal de los ríos en las cuencas altas y medias. En la VCV y sus cuencas contiguas, los taxa con intolerancia a la salinidad se encuentran principalmente en los Characiformes y Siluriformes (Tabla 1), con algunas excepciones; mientras que los taxa secundarios son representados principalmente por los Cichlidae, Poeciliidae, Rivulidae y Synbranchidae.

    La dispersión de los peces dulceacuícolas en cuencas con planicies contiguas es reconocida, pero también a lo largo de las costas marinas, ya sea por su condición de tolerancia a la salinidad o por la reotaxia frente a las avenidas extraordinarias en los ríos, puesto que las plumas generadas en la costa marina disminuyen la concentración de sales en el agua, incluso a distancias considerables de las desembocaduras.  Por otro lado, la dispersión también puede estar asociada con la geomorfología terrestre y la plataforma submarina contigua, propiciando una permeabilidad variable para la dispersión de especies a través de las costas marinas.  Esto se evidencia en varios sectores donde las vertientes montañosas se extienden hasta la costa y donde la batimetría litoral es somera (Figura 4). En la VCV se distinguen tres sectores con estas características: las estribaciones de la Sierra de San Luís en el estado Falcón, las pequeñas cuencas de la cordillera de la Costa y las estribaciones del macizo de Turimiquire y la península de Araya.  En estos sectores el litoral es profundo, al contrario de las playas someras que destacan para el resto de la VCV.  Tales características están asociadas con los cambios detectados en la riqueza y composición de especies primarias y secundarias.  Esto sugiere que la dispersión de muchos taxa por vía marina puede estar limitada a determinadas secciones de la VCV, principalmente en aquellas cuencas contiguas (permeables) y/o con fondos someros en sus desembocaduras al mar. Considerando que son pocos los ríos con caudal importante que desembocan directamente al mar (ejempllo: Tocuyo, Tuy, Unare), la dispersión de la ictiofauna por vía de las plumas fluviales (reotaxia) es más probable entre ríos con desembocaduras contiguas o cercanas y en costas de emersión someras.

 

Figura 4. Procesos geofísicos que han estructurado la biogeografía en la VCV. El nivel del mar, estimado en unos 120 por debajo del actual hace unos 18000 años, permitiría conexiones entre los cursos bajos de los ríos. Los registros sugieren posibles conexiones entre las cuencas de Valencia y Tuy (a), y con la cuencas de los ríos Orinoco (b) y Yaracuy (c). La dispersión (flechas negras) a lo largo de las costas pudo ser más intensa en cuencas contiguas (Lago de Maracaibo) o entre desembocaduras de ríos y deltas, pero limitada por la profundidad de la plataforma marina en algunos sectores: Península de la Guajira (1), Norte costero de la subprovincia IV (2), cuenca del territorio de la Costa Central (3) y los flancos de las penínsulas de Araya y Paria (4 y 5). Las áreas claves se estiman como refugios hidrográficos (estrellas) dentro de las subprovincias I, IV y V: planicies al sur del Lago de Maracaibo, y cuencas de Aroa, Yaracuy y Tuy.

 

 

    La ocurrencia de faunas de carácter primario propias del Orinoco en drenajes al oriente de la VCV puede tener relación con el enorme territorio ocupado por el delta de este río, que colinda con la cuenca del río San Juan y tiene una influencia en el golfo de Paria, pero igualmente puede estar asociada a la dispersión por reotaxia en deriva gracias a la corriente ecuatorial del Norte y la baja salinidad estacional promovida por el caudal del río Orinoco.  El río Orinoco descarga al Atlántico alrededor 31.000 m3/s y su pluma puede exceder los 160.000 km2; superficie que cubre anualmente el Este y Sureste del mar Caribe. Al oriente de la VCV y en los ríos contiguos, considerando la dirección general de las corrientes marinas, los registros sugieren que sería más frecuente la dispersión que el intercambio de especies, siendo un fenómeno más intenso en las subprovincias Caribe Oriental y Trinidad.  Sin embargo esta dispersión tiene poca extensión en el resto de las cuencas de la VCV. 

    En el pasado geológico y reciente el río Orinoco funcionó como agente principal de dispersión en varios puntos de la VCV, pero los procesos regionales (ejemplo: aislamiento, extinción, etc.) mermaron la permanencia de la biota orinoquense. Estas diferencias en la distribución de la ictiofauna, reconocidas también entre las entidades biogeográficas detectadas, serían expresión de las variaciones en el nivel de mar en el pasado reciente.  En el Caribe, hace unos 18 Ka, el nivel del mar alcanzaría alrededor de los -120 por debajo del actual (mbnm) y éste fue ascendiendo paulatinamente en el Holoceno hasta el día de hoy. Las regresiones también fueron reconocidas en el mar Caribe durante el Pleistoceno, donde alcanzarían, en un período cercano al millón de años, alrededor de -45 mbnm.

    En las costas al norte de Suramérica estas regresiones marinas permitirían la existencia de por lo menos un cauce único final de los drenajes al lago de Maracaibo, lo que explica las especies compartidas en las áreas bajas y medias de las cuencas. Igual ocurría con la mayoría de las cuencas contiguas a lo largo de la VCV.  Drenajes aislados, como la península de Paraguaná y la isla de Margarita pudieron tener conexión con las cuencas continentales.  Para tales momentos las cuencas que drenan al golfo de Paria, incluyendo las cuencas occidentales de la isla de Trinidad, tendrían drenajes comunes.  Así, en el pasado reciente, pudo existir un intercambio importante de especies en varias cuencas de litorales de Venezuela, siendo exitoso incluso para las especies primarias, pero el mismo estaría supeditado posteriormente a la condición climática de las cuencas.

 

 

 

 

 

© Douglas Rodríguez Olarte. Colección Regional de Peces, CPUCLA. Laboratorio de Ecología.

Decanato de Agronomía. Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. UCLA. Barquisimeto, Lara, Venezuela.

Primera edición: Diciembre 2011. Última actualización: Enero 2017.