Colección Regional de Peces UCLA-Barquisimeto

Para la Biogeografía, integridad y conservación de la ictiofauna continental en el centroccidente de Venezuela

Los Peces de Aroa y Yaracuy: una guía para su conservación

 

 

 

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Geografía y clima Historia y perturbaciones Galeria de cuencas y ríos

 

Las cuencas:

Historia, perturbaciones y áreas protegidas

 

Los ríos Aroa y Yaracuy eran navegables para pequeñas embarcaciones siglos atrás. Ya las minas en la Sierra de Aroa, reconocidas desde 1605, dependerían del río homónimo para enviar la carga del cobre hacia el mar Caribe. En medio de un territorio agreste los ríos serían vía principal para transportes variados, desde el cacao y las maderas nobles hasta solapados contrabandos con destino a las Antillas cercanas, incluso bajo la persecución de la Compañía Guipuzcoana a partir de 1728.  Las extensas selvas en las planicies proveerían maderas de excelente calidad por lo que la deforestación sería intensa desde antaño, principalmente en los bosques de tierras bajas, pues los de tierras elevadas y áreas de inundación serían temporalmente inaccesibles.

 

La minería concentrada en la Sierra de Aroa permitiría la fundación y el crecimiento de pueblos en las cuencas locales, muchos de ellos en las riberas de los principales cauces, pero también con la construcción del primer ferrocarril de Venezuela en 1877, el cual serviría para el traslado de ingentes volúmenes de mineral de cobre entre la Sierra de Aroa y la costeña población de Tucacas. Para 1893 se fundaría una compañía para la canalización del río Yaracuy y sólo cuatro años después el río estaría intervenido en varios tramos, principalmente en su cuenca baja. Ya para principios del siglo XX la minería de cobre decaería, siendo inexistente para 1936.

 

Desde mediados del siglo pasado importantes complejos industriales se desarrollarían en la región, principalmente en la cuenca del río Yaracuy, destacando plantas termoeléctricas y petroquímicas, además de ingenios azucareros, entre otros.  A parte de esto, el crecimiento de los centros urbanos y la generación de efluentes y residuos no tratados, así como la expansión de la agricultura, modificó ampliamente el medio natural, convirtiéndolo en un paisaje agrícola que cubre casi por completo todas las tierras bajas y las planicies de las cuencas, como en el caso de las tierras bajas en la cuenca de Yaracuy.

 

 

Una vista panorámica al Sur de la cuenca del río Yaracuy. Varios centros poblados están diseminados en las planicies (a: Chivacoa).  Las principales fuentes de agua provienen del Monumento Natural María Lionza (1), sus límites y los de la mayoría de las áreas protegidas y vertientes elevadas son evidentes debido a la a la actividad agropecuaria que es muy extendida (2).  El embalse de Cumaripa (b) represa el río Yaracuy (flechas) muy cerca de su origen.

 

 

 

El uso del agua en un entorno agrícola propendía a la creación de embalses; así, se sucedieron varios, siendo relevantes Durute (1969) y Cumaripa (1973) en la cuenca media del Yaracuy y Cabuy (1973) en las tierras elevadas de la cuenca del río Urama.  A pesar de la intervención histórica sobre la naturaleza algunas secciones de las cuencas han mantenido condiciones prístinas o, al menos, un elevado grado de conservación. No obstante, los ríos han sido afectados en gran medida.  El río Aroa, aún cuando presenta una notable intervención en su cuenca media y baja, tiene un mayor estado de conservación aparente de sus afluentes respecto a las cuencas de Yaracuy y Urama, excepto por las áreas protegidas.

 

Son varias las áreas protegidas en las cuencas locales y su eficacia en la conservación de los ambientes acuáticos es variable.  El Parque Nacional Yurubí (23670 ha; Gaceta Oficial 26210; marzo 1960) cubre parte de las mayores alturas y los flancos de la sierra de Aroa. Sus límites inferiores llegan hasta el piedemonte y su estado de conservación es quizá uno de los mejores para las áreas protegidas al norte de Venezuela. De este parque drenan varios ríos con un caudal importante. El Parque Nacional Morrocoy (32090 ha; Gaceta Oficial N° 30410, mayo 1974) es una de las áreas protegidas con mayor intervención en la costa del país. En su sector continental presenta algunos pequeños arroyos que descienden del cerro Chichiriviche y de las planicies aledañas, pero la intervención sobre la mayoría de estos, principalmente en los límites del parque, es considerable. En contacto con el parque nacional Morrocoy se encuentra el Refugio de Fauna Silvestre de Cuare (11853 ha; Gaceta Oficial Nº 29820, junio 1972), el cual protege las vertientes norteñas del cerro Chichiriviche y algunos arroyos de las planicies contiguas al Golfete de Cuare (cuenca del río Tocuyo). Dentro de este refugio la intervención humana es importante, sobre todo en las planicies.

 

 

 

 

El Monumento Natural María Lionza (11712 ha; Gaceta oficial Nº 26210, marzo 1960) se ubica al sur del Macizo de Nirgua. Desde este monumento proviene gran parte del agua del río Yaracuy; su estado de conservación en el flanco Norte de la montaña de Sorte es elevado; no obstante, el resto del área protegida tiene intervención variada, caracterizada por la agricultura dispersa.  El Parque de Recreación Minas de Aroa (cuenca del río Aroa) cubre una pequeña cuenca aledaña al Parque Nacional Yurubí, que antes estaría dedicada a la minería de cobre; aún cuando esta área es protegida, su afectación pasada ha incidido en el estado del los drenajes. De igual manera, el Parque de Recreación Leonor Bernabó se ubica en la ciudad de San Felipe y en las riberas del río Yurubí, cuenca del río Yaracuy. Ambos parques de recreación, así como los varios balnearios que están dispersos en el piedemonte (Urama, Los Ureros) tienen una actividad turística puntual pero intensa que incide en la conservación de los ríos.  Existen algunas áreas de índole privado que ejercen programas de protección de la fauna y flora, destacando la Reserva Ecológica de Guáquira (2500 ha) en las vertientes del Cerro Zapatero (cuenca Yaracuy).

 

 

El río Crucito en la cuenca de Aroa.  Sólo hasta el borde de las montañas (esquina superior derecha) llega la protección del Parque Nacional Yurubí. En un tramo de muy pocos kilómetros este río transforma su condición natural en un cauce colmatado por sedimentos y huérfano de bosques ribereños.

 

 

 

La Reserva Forestal Río Tocuyo extiende sus 47640 ha entre los estados Falcón y Yaracuy (Gaceta Oficial Nº 28.860, febrero 1969). En la cuenca del río Aroa esta reserva cubre las cabeceras de de la subcuenca Agua Linda y pequeños cursos de agua que vierten directamente al mar.  Dada su gran afectación fue sometida a un programa de recuperación hasta el año 1995; no obstante, actualmente sólo quedan aislados y pequeños parches de bosques en algunos sectores. Extensas zonas protectoras cubren la región, como las de la cuenca alta del río Cojedes (1974) y las de las sierras de Aroa (1991), Bobare (1990) y Nirgua (1974).  En conjunto, el área ocupada por éstas alcanza unas 675600 hectáreas (~ 3400 km2).  Igualmente, existe un Área Boscosa Bajo Protección (68467 ha).  Algunas vertientes en las cuencas altas protegidas por estas figuras se encuentra en moderado estado de conservación; en contrapartida, el resto es sometido a una extensa actividad agropecuaria y considerable deforestación. Amplias superficies, generalmente en las planicies y los valles con suelos fértiles, son destinadas específicamente para el desarrollo agropecuario, como el Área Rural de Desarrollo Integral del valle del río Aroa (1980, 300000 ha) entre los estados Falcón y Yaracuy y el Área de Aprovechamiento de la depresión Turbio-Yaracuy (1982, 80308 ha) entre los estados Lara y Yaracuy.

 

 

 

 

©  Douglas Rodríguez Olarte & Donald Taphorn Baechle. Colección Regional de Peces, CPUCLA. Laboratorio de Ecología.

Decanato de Agronomía. Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. UCLA.

Barquisimeto, Lara, Venezuela.

Septiembre 2007 (actualizaciones: Septiembre 2011)

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