Colección Regional de Peces UCLA-Barquisimeto

Para la Biogeografía, integridad y conservación de la ictiofauna continental en el centroccidente de Venezuela

Los Peces de Aroa y Yaracuy: una guía para su conservación

 

 

 

Tesorero

Resumen Las Cuencas Los Métodos Los peces La Conservación

 

inicio

 

Situación de los ríos Situación de la ictiofauna

 

La conservación:

Situación de los ríos y su entorno

 

Las localidades de muestreo en los ríos con origen en las áreas de máxima protección (parques nacionales o monumentos naturales) o en lugares con elevada cobertura de bosques, principalmente los ribereños, han mostrado una mayor heterogeneidad en el sustrato de los cauces respecto a otros ambientes. Consecuentemente, en tales localidades también se reconoce una mayor riqueza de especies de peces, incluyendo aquellas con distribución restringida o abundancia ocasional, como ha sido sugerido para los ríos en el parque nacional Yurubí.

 

 

Las vertientes bajo el resguardo de las áreas protegidas (públicas o privadas) garantizan un buen estado de conservación en los ríos.  Los bosques previenen y disminuyen la erosión del suelo, así como el consecuente arrastre de sedimentos a los cauces.  En la vista el Cerro Zapatero.

 

 

 

En contraste, la riqueza de especies es menor en las localidades de muestreo con intervención apreciable. La mayoría de las localidades de muestreo no han tenido cambios relevantes en el tiempo, manteniendo relativamente similares la composición del sustrato y los caudales. Esto ha ocurrido principalmente en los ríos con vertientes relativamente protegidas, pero existen excepciones importantes.  La deforestación de bosques ribereños y la expansión urbana han incrementado en algunos ríos, como el Tupe, por ejemplo.

 

En otros drenajes se han registrado incrementos en la cobertura de material fino (arena), expresados por la sedimentación y transformación de cauces, así como la disminución de pozos, sugiriendo que el aporte de altos volúmenes de sedimentos es continuado desde las cuencas altas. Este hecho reviste una tendencia a la pérdida de los hábitats acuáticos, con la consiguiente eliminación o retracción de las poblaciones de peces.  Es por esto que en algunos ríos, como Guama, Tupe y Urachiche, la muy baja riqueza de especies reportada sea producto de la intervención humana. Aún cuando varias localidades visitadas han sido reconocidas con muy poca o moderada intervención la mayoría se encuentran perturbadas. Franjas de intervención elevada se presentan en todas las cuencas, siendo muy extensas en la cuenca del Yaracuy.

 

 

 

 

 

Varios ríos en la cuenca de Yaracuy tienen cauces colmados de sedimentos y carácter intermitente. Una perturbación extrema ocurre con el dragado de los cauces, acto periódico que ocurre en las secciones de los ríos cercanas a los centros poblados, son muchos los ríos sometidos a esta intervención. Los dragados presuponen un aumento de la velocidad de las aguas, con efectos contundentes en los tramos inferiores de los ríos. Así, mientras en las cuencas medias se dragan los ríos para evitar inundaciones, éstas se magnifican aguas abajo por las mismas razones.

 

En la cuenca del río Yaracuy la actividad humana se extiende prácticamente en todas las planicies, pero también en las vertientes de la sierra de Aroa y el macizo de Nirgua.  El efecto del gran aporte de sedimentos desde las cuencas altas ha colmatado y convertido en intermitentes varios cauces, como el del río Urachiche.  La presencia de represas, así como de residuos y efluentes urbanos de la capital del estado Yaracuy (San Felipe), así como los provenientes de pueblos, industrias y sistemas agropecuarios han sido devastadores para el cauce principal del río Yaracuy. Así, este hidrosistema ya está contaminado fuertemente desde su cuenca media.  Las cabeceras de varios afluentes están sometidas a una tasa muy elevada de pérdida de suelo y muchas presentan actualmente un régimen intermitente.

 

La cuenca alta del río Urama se encuentra fuertemente intervenidas por la agricultura y la deforestación, así como por poblados dispersos y la represa Cabuy. En la cuenca baja se evidencian grandes concentraciones de de sedimentos en los cauces. El muy pequeño tamaño de la cuenca del río Urama la coloca en situación de mayor riesgo, puesto que las perturbaciones humanas pueden tener mayor alcance e incidir en todo el hidrosistema. En las planicies de todas las cuencas la intervención es considerable y son varios los cuerpos de agua que están afectados y pocos arroyos presentan densos parches boscosos en sus riberas.

 

En las desembocaduras la situación es más comprometida: la extensión de la deforestación llega incluso a las riberas de los cauces principales y los afluentes, así como la cantidad de áreas pobladas, donde son evidentes las aguas servidas que ingresan sin tratamientos a los ríos.  Se prevé, dado el urbanismo existente, que la población humana en la franja costera siga creciendo y extendiéndose a merced de los bosques y el agua de los ríos.

 

No se disponen de datos que indiquen un aumento cuantitativo en la tasa de deforestación para las cuencas locales, pero se estima que la misma no disminuye. Se ha evidenciado un incremento de la pérdida de bosques ribereños en varias de las localidades evaluadas y en las cuencas altas la deforestación asociada con la expansión de la frontera agrícola es constante, incluso hasta en las mismas fronteras de las áreas protegidas, como el en caso del monumento natural María Lionza.

 

De manera general, no existen evidencias sobre una potencial disminución de las perturbaciones en el futuro cercano, más bien, es previsible que su extensión e intensidad aumente, además de su diversificación.  La expansión agrícola, la extracción de agua de los ríos y el incremento de la población humana -con la consecuente generación de residuos y efluentes tóxicos que son vertidos en los cauces- desdicen de un futuro acorde con la conservación de los recursos hidrobiológicos.

 

 

 

©  Douglas Rodríguez Olarte & Donald Taphorn Baechle. Colección Regional de Peces, CPUCLA. Laboratorio de Ecología.

Decanato de Agronomía. Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. UCLA.

Barquisimeto, Lara, Venezuela.

Septiembre 2007 (actualizaciones: Septiembre 2011)

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