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En algunos
lugares, la Paradura se realiza con un acto conocido como el Robo del
Niño, el cual consiste en que una persona de confianza tome la
imagen y la lleve a otra casa. Este acto es el pretexto para que luego
ocurra la acción teatral de buscar al Niño. El robo tiene
un carácter lúdico pero puede efectuarse como pago a una
promesa realizada durante el año, adquiriendo así un sentido
sagrado. Se puede anunciar por vía verbal, por medio del disparo
de un cohete o mediante una carta enviada a los dueños de la imagen
a los tres días de haber ocurrido el hecho. Los dueños del
Niño deben responder la carta para concretar la fecha y los detalles
de la búsqueda.
La Búsqueda del Niño consiste en la organización de un cortejo integrado por niños y niñas vestidos de pastorcitos, Virgen María, San José, Reyes Magos, ángeles, doctores y policías. En Boconó, además de los músicos y cantores, hay otros personajes como el Viejo, la Vieja y el Bobo, que también acompañan la procesión. El cortejo inicia la búsqueda desde la casa donde ocurrió el robo hasta aquélla en la cual los ladrones depositaron la figura. Durante el recorrido se realizan varias posadas o preguntas en diferentes casas, solicitando al niño. Uno de los cantores o pastores pregunta en forma hablada o cantada por el paradero del pequeño Jesús y entabla un breve diálogo con los dueños de cada casa. En la última casa, finalmente, se halla al Niño y los ladrones son apresados con cuerdas. Mientras la imagen no aparece, se celebran los Velorios del Niño Perdido, y una vez que la encuentran, una procesión realiza el Retorno del Niño, regresando con la figura a su sitio de origen, en medio de pólvora y alegres cantos. Los supuestos ladrones marcharán al final de la comitiva que celebra con bebidas y comidas especialmente preparadas. |