“SUEÑO
CARAQUEÑO”. EVOCACIÓN DE LA CARACAS DE AYER
“Han cambiado mi
Caracas compañero
Poco a poco se me
ha ido mi ciudad
La han llenado de
bonitos rascacielos
Y sus lindos
techos rojos ya no están
Loa pasteles del
Tricás después de misa
El Pampán de
Gradillas a Sociedad
Los vermuts los
domingos por la tarde
Donde toda la
cuerdita iva a bailar
Se acabó la media
lisa de Doncella
Jaime Vivas y el
Trianón se fueron ya
Ni la India ni la
Francia y la Atarraya
Perecito en Palo
Grande ya no está
Ya no queda ni eo
Roof Garden ni la Suiza
El frontón de Jai
a lay no existe ya
Las muchachas ya
no van por La Planicie
Y a Los Chorros
casi casi nadie va... “
“ SUEÑO
CARAQUEÑO “ es un bolero cuya letra y música
le pertenecen al desaparecido maestro Billo
Frómeta. Fue inicialmente grabado en 1964 por
Memo Morales en un disco de 45 RPM (Extended
Play Fongrama serial BEP-1008-A1) cuyo
respaldo es el porro “M ICAELA”, cantado por
Cheo García. Es un bolero tipo descriptivo,
donde el maestro evoca con mucha nostalgia la
Caracas que él conoció durante los años 40, 50 y
parte de los 60, cuando expresa al iniciar la
letra de la canción la siguiente estrofa:”Han
cambiado mi Caracas compañeros/ Poco a poco se
me ha ido mi ciudad/ La han llenado de bonitos
rascacielos/ Y sus lindos techos rojos ya no
están”. Luego comienza a nombrar algunos
sitios que él frecuentaba y que eran básicamente
lugares de esparcimiento del caraqueño de la
época. “Los pasteles del Tricás después de
misa”. El Tricás era una panadería en el
centro de Caracas, quedaba cerca de la Plaza
Bolívar, donde se reunía la gente a tomar café y
comer pasteles, era un sitio muy selecto, donde
la gente se comía un pastelito y un café por
real y medio, y ese era un precio muy caro para
la época. Lo mismo era “El Pampán de
Gradillas a Sociedad”, una especie de
panadería y pastelería, donde la gente se reunía
a oír música y comer cosas menudas, pero no se
bailaba. “Los vermuths los domingos por la
tarde/ Donde toda la cuerdita iba a bailar”;
la orquesta Billo’s tocaba de martes a sábado
desde las 10 de la noche hasta las 4 de la
mañana, y los domingos tocaba desde la una de la
tarde hasta las 6 PM. Esos bailes, eran llamados
vermuths de los domingos y se efectuaban en
algún salón de baile, como el Roof Garden, La
Suiza, El Trocadero, El Lonchamps, El Sans Souci,
etc. “Se acabó la media lisa de Donzcella”,
la media lisa de Doncella, era medio vaso de
cerveza a un costo de 0.25; era una cerveza no
pasteurizada, de barril, de sifón con sabor
fresco a cebada. Era riquísima, comentan quienes
la disfrutaron. La cervecería de Donzella, era
una institución cervecera en la Caracas de esa
época. Iba mucha gente. Primero estuvo frente a
la Plaza Bolívar en el edificio Washington,
luego se mudó de Principal a Conde y por último
a un sitio donde culminó su existencia , ubicada
de Santa Capilla a Principal. “Jaime Vivas y
El Trianón, se fueron ya”, eran restaurantes
muy populares. Por cierto, el restauran de
Jaime Vivas, todavía existe, queda en pleno
corazón de Sabana Grande, en una transversal
cerca de los cafés, entrando por la estación del
metro de Plaza Venezuela. Yo tuve la
oportunidad hace poco, de almorzar allí. Es un
restaurant buenísimo, va mucha gente y los
precios son muy solidarios. Se come típicamente
venezolano.
“Ni la India, ni La Francia y
La Atarraya”.
La India quedaba de Gradillas a Sociedad, al
lado del Palacio Arzobispal, en pleno centro.
“La Francia” quedaba en la esquina de Los
Monjes. Ambas eran heladerías donde al mismo
tiempo servían licor. Se dice que los helados
eran espectaculares. En La India, el gerente era
Heliodoro Gonzáles P, y según testigos de la
época, se comenta que fue allí donde este señor,
inventó su famoso Ponche Crema que lo hizo
millonario. “La Atarraya”, quedaba cerca de la
Plaza San Jacinto. Era una bodega grande donde
se expendía de todo. Allí vendían un famoso
trago de aguardiente llamado “Batería de amargo
de hierbas”, que era muy económico. Un vasito
costaba un centavo (cinco centimos de bolivar) ó
una locha (doce centimos y medio de bolivar).
Allí concurrían muchos intelectuales y poetas
pobres, que se resolvían con lo económico de la
bebida; y se comenta, que mucha gente a
consecuencia de esos tragos, enfermaron o
murieron.
“Perecito en Palo Grande, ya no
está”.
Era el famoso “Bar de Perecito”. Quedaba en el
sector Palo Grande en San Martín, fue también
una arepera muy concurrida. Allí asesinaron a
puñaladas al boxeador Oscar Calles. Ya no
existe.
“Ya no queda ni el Roof Garden ni
La Suiza”.
El Roof Garden y La Suiza eran salas de baile.
El Roof Garden quedaba en la terraza del Hotel
Madrid, en la esquina de La Torre, frente a la
Plaza Bolívar de Caracas. Allí, el 31 de agosto
de 1940 se estrenó la Billo’s Caracas Boys. La
Suiza quedaba en Caño Amarillo.
“El frontón de Jai Alai no existe
ya”.
Era un sitio visitado por muchos extranjeros que
practicaban este extraño deporte para el
caraqueño: JaiAlai. Se llenaba de curiosos por
la novedad del juego. Quedaba donde funcionó la
Creole Petroleum Corparation y luego funcionó
allí la Seguridad Nacional en la avenida México.
“Las muchachas ya no van por La
Planicie”.
La Planicie era un sitio donde los jóvenes y
niños iban a patinar. Quedaba en El Calvario.
“Y a Los Chorros casi casi nadie
va”.
Los Chorros era y sigue siendo un parque de
recreación. Queda en el sector de su nombre.
Hoy está muy bonito y remodelado y en días de
fiesta, sábados y domingos, va mucha gente.
Esa es, de manera
muy somera, la descripción de los sitios que se
nombran en este precioso bolero. El maestro
Billo, fue preparando la letra durante la
conmemoración del Cuatricentenario de Caracas en
1966, cuyas celebraciones se extendieron hasta
1977, año en que terminó la letra y música y
salió al mercado. La versión original grabada
por Memo Morales junto a Cheo García, quien le
hace una segunda voz; fue la más exitosa y
escuchada. Mucho tiempo después, en 1985
apareció una versión cantada por el propio
maestro Billo, en un LP titulado “Billo canta
sus canciones”.
Yovani Barragán
Zambrano.
yoanba@hotmail.com |