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Morir es Nacer
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

 

“Morir es Nacer”, el vals emblemático del pueblo yaracuyano   

            En la historia musical de los pueblos resaltan, con elegancia y distinción, un grupo reducido de canciones populares que han logrado mantenerse de generación en generación convirtiéndose, paulatinamente, en verdaderos himnos populares representativos de cada pueblo en particular. Son aquellas canciones que las barbas del tiempo no han podido borrarlas del conglomerado. Por el contrario, cada vez que se escuchan, en especial fuera del lar nativo, nos hacen sentir orgullosos de la patria chica a la que pertenecemos y no vacilamos en manifestar hinchados de emoción: “esa canción es de mi pueblo”. Así nos pasa a los yaracuyanos con el memorable vals Morir es Nacer, original la música de Rafael Andrade y con letra de Manuel Rodríguez Cárdenas. 

La historia de esta composición se remonta a finales de los años 20, cuando el músico Rafael Andrade es víctima de una terrible enfermedad que lo lleva a delirar, por varios días, hasta el extremo que su vida estuvo en los límites de los jardines frescos del más allá. Al recobrar la salud y, en recuerdo de aquella dolorosa situación, a los pocos días, en un pequeño cuarto que tenía alquilado en San Felipe, en la casa “Santa Lucía” de Petra Chiquinquirá García, ubicada en la esquina de la calle Juan José de Maya con calle Arismendi (hoy en día, esquina avenida 8 con calle 16), compuso la música de un vals, que en principio, lo tituló Renacimiento, según lo asevera Antero Alvarez, quien afirma haberlo tocado en la trompeta con la partitura prestada por Andrade, en una fiesta en San Felipe, animada por el conjunto de éste, en la casa de Juana de Zerpa. No obstante, Manuel Rodríguez Cárdenas en su libro “Entonces mi pueblo era pequeño”, relata que la pieza en cuestión se llamaba Regreso a la vida. Por su parte, Luis M. Rojas Lucambio, en un artículo publicado en diario Yaracuy al Día, el 17 de junio de 1986, página 2, menciona el vals con el título de El regreso de la muerte. Un análisis simple gramatical nos lleva a entender que estos dos títulos no son más que sinónimos del primero señalado. 

En 1932, Manuel Rodríguez Cárdenas, amigo y compañero de Rafael Andrade en muchas parrandas, le atrae profundamente la melodía del vals y se encarga de ponerle la letra. De paso, le cambia el nombre por el de Morir es Nacer. Según confesiones del propio Manuel Rodríguez Cárdenas, realizadas a familiares y amigos allegados, la letra la hizo en San Felipe, en una habitación de la casa, propiedad de Bárbara Véliz de Barrios, ubicada en la esquina de la calle Piar con calle Domínguez (hoy en día esquina de la avenida 7 con calle 13). Con el tiempo este histórico inmueble fue adquirido por Luis Alfredo Sanz y finalmente por la maestra Pilar Palavicini de Kreubel. 

El vals Morir es Nacer, con música de Rafael Andrade y letra de Manuel Rodríguez Cárdenas, fue estrenado oficialmente el 16 de julio de 1932, día de la Virgen del Carmen. El primero en cantarlo fue Antonio María Rivero Domínguez, con el conjunto del trompetista Rafael Andrade integrado por: Rafael Gómez (clarinete), Ramón Villoria (bombardino), César Giménez (trombón), Jesús Parra (violín), José Salcedo, Lopecito Arcila (cuatros) y Régulo Mendoza (batería). Ese día la agrupación recorrió todo el pueblo sanfelipeño para dar a conocer la nueva pieza. A partir de allí, comenzaría la leyenda emotiva del vals más popular en la historia del pueblo yaracuyano.

Veinte años más tarde, en 1952, la orquesta Pequeña Mavare realiza la primera grabación instrumental de Morir es Nacer. Luego con el tiempo aparecerían numerosas versiones instrumentales del vals destacándose, entre otras, las realizadas por: Aldemaro Romero y su orquesta de salón (1956), orquesta Venezuela en Ritmo (1960), Carlos Torres y los Millonarios de la Alegría (1966), conjunto de P. Calderón (1967), Pablo Canela y los hermanos Baez (1976), Mariachi Tapatío (1976), orquesta Cuerdas de Oro (1978), Los Duaqueños (1978), Estudiantina Mocarpel Yaracuy (1985), Grupo Chimborazo (1988) y la orquesta de Cámara de la UCLA (1999). 

En 1962, Mario Suárez realiza la primera grabación cantada de Morir es Nacer, con arreglos y dirección del maestro Billo Frómeta. A partir de allí, surgirían otras grabaciones con los intérpretes: Rosalinda García (1965), Ceferino Romero (1972), Jesús Sevillano (1974), Voces y Cuerdas de Venezuela (1977), Rondalla Venezolana (1978), Héctor Cabrera (1980), Policromía en Voces (1983), Mayra Martí (1986), entre otros. 

Apenas han pasado algunos años del estreno de Morir es Nacer. Su música y letra, continúan impregnadas de una eterna bendición que se esparce, sin distinción, por los sagrados espacios espirituales de los yaracuyanos. Por algo, Morir es Nacer, es el himno popular de esta bella tierra ayer, hoy y siempre.

(Tomado del libro “La Música Popular de San Felipe y sus alrededores”, próximo a publicarse por el autor)

Por: Héctor Camacho Aular 

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