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El nuevo paradigma organizativo en el escenario global y posmoderno

Alexei E. Guerra Sotillo y Alexis Guerra Córdova

 

Resumen

El paradigma empresarial en construcción y conformación actualmente, plantea variaciones en la fisonomía estructural y en los valores y concepciones que guiaron, décadas atrás, el funcionamiento de la organización empresarial. El futuro avizora ya, según los indicios y tendencias percibidas en el presente, además del replanteamiento de la idea de empresa, la consolidación de organizaciones que, asumiendo los contornos de la nueva organización, se diferenciará de los valores y objetivos de la clásica empresa lucrativa, para alcanzar finalidades en el ámbito del desarrollo social. A través de la revisión de fuentes bibliográficas pero fundamentalmente hemeográficas, por el carácter reciente del fenómeno en estudio, se pudo recopilar información que plantea la constatación de la existencia de experiencias nacionales e internacionales en el área de la gerencia no tradicional, así como de los cambios prácticos en la manera de abordar el fenómeno organizativo desde la perspectiva de actores no esencialmente empresariales o gubernamentales. En este sentido, el desarrollo de la investigación permitió arribar a la afirmación de que la Globalización, en el plano empírico-fáctico y la Posmodernidad, en el plano teórico-filosófico, surgen como los dos referentes analíticos para caracterizar la realidad actual, en la cual se insertan las organizaciones empresariales, no gubernamentales y de participación comunitaria en el mundo y en el país. La disciplina administrativa debe entonces desarrollar un cuerpo teórico y práctico que reconozca las especificidades del nuevo paradigma de organización empresarial, así como las novedosas formas organizativas del sector no lucrativo

Palabras claves: Organización, paradigma, globalización, posmodernidad.

SUMMARY

The entrepreneurial paradigm that is being constructed nowdays, raise variations on the structural physiognomy and in the values and conceptions that led, years ago, the functions of corporate organization. The future is anouncing, through facts and trends which are being seen now, besides the change in the notion of enterpraise, the consolidation of organitations wich will assume this new features, and will be different in its goals and values, from the traditional profitable organization, in order to reach varied purpouses in the fiel of social development, competitiveness and the searching of a more human and balanced makig and distribution of wealth.Thereby, Globatization, in a factual level, and Postmodernity, in a theroretical and philosophical level, emerge as the two analythical references to describe the present context, in which are inserted the entrepeneurial, communal and non-guvernmental organization all over the world, and in Venezuela. Administrative discipline must therefore develop a theoretical and practical knowledge that recognizes the specific features of the new entrepeneurial organization paradigm, as well as the recent organizative forms which are included in the independient, third or non-profit sector, with different values, premises and goals from the related to the traditional notion of enterprise.

Key words: Organization, paradigm, globalization, postmodernity.

INTRODUCCIÓN

Dentro del campo de las Ciencias Sociales, la Administración, se debate hoy entre el pragmatismo de quienes pretenden encasillarla en su función de conductora eficiente de organizaciones, y entre quienes minoritariamente, abogan por profundizar el estudio más riguroso y científico de la organización, en tanto fenómeno complejo del sistema social. El conjunto de cambios y transformaciones ocurridas en todos los campos de acción humana en años recientes, han conformado un escenario de actuación para las organizaciones, que suele caracterizarse aludiendo a dos términos o constructos teóricos: Globalización y Posmodernidad.

Si se asume que la Globalización, entendida como categoría de análisis que resume las transformaciones en el aspecto pragmático contextual, y la Posmodernidad, referencia teórica que busca describir dichas transformaciones en el plano visible teórico-filosófico, determinan el ritmo cuantitativo y cualitativo de las modificaciones recientes en la organización, la Administración debe adaptar su instrumental científico y técnico a esa nueva realidad.

Como rasgo del escenario actual, se hace patente la emergencia en el país frente al debilitamiento institucional  de los canales y actores tradicionales de intermediación y participación, de organizaciones con intereses distintos a los Estatales o Empresariales, a fin de satisfacer desde las más elementales necesidades humanas, hasta aquellas referidas a la influencia e intervención en la gestión pública o a la lucha contra la pobreza.

La intención del presente trabajo es abordar la emergencia en el entorno actual de un nuevo paradigma de organización, cuyas características y rasgos definitorios aún se encuentran en una etapa de definición, pero cuya silueta puede identificarse en las transformaciones sucedidas y materializadas en la configuración de modelos organizativos no sólo empresariales, sino también en el ámbito del propio Estado y de la sociedad civil, y en lo que algunos autores han denominado el Tercer Sector.

METODOLOGÍA

La metodología empleada en el presente estudio, estuvo determinada por la naturaleza de la investigación desarrollada. El trabajo  realizado se inscribe en la categoría de investigación documental, la cual contempla el análisis de fuentes bibliográficas sobre la temática objeto de indagación. Por el carácter novedoso y reciente del fenómeno en estudio, por lo demás aún en proceso de desarrollo y clarificación como tendencia, el número de textos y material bibliográfico, es escaso y en su mayoría alusivo a experiencias internacionales. Por este motivo, la revisión de la obra o del trabajo de los autores que han abordado, desde diversas ópticas y niveles de análisis la temática bajo revisión, estuvo conjugada con la revisión de materiales hemerográficos, notas de prensa, reportajes y reseñas en revistas, en los cuales se han mostrado datos importantes para fundamentar metodológicamente los planteamientos elaborados.

LA  GLOBALIZACIÓN  Y  LA  POSMODERNIDAD: FACTORES CLAVES DEL NUEVO ENTORNO ORGANIZACIONAL

La circularidad retroalimentaría que plantea la inserción del sistema organizativo en un suprasistema ambiental, a través del flujo permanente de energía, información o cualquier otro recurso, permiten la permanencia y evolución de la organización en el tiempo y en el espacio. Esa relación circular en la que organización y entorno asumen, e intercambian, dinámicamente, funciones de variables de causa o efecto, señalan la conveniencia de identificar las características actuales del entorno, así como de las aproximaciones científicas que intentan explicar dichas características.

No están en crisis los paradigmas de las ciencias, sino el paradigma de la ciencia en cuanto modo de conocer, ha aseverado Miguel Martínez (2000), para quien la reflexión y la crítica hermenéutica sobre el modo de conocer pudiera terminar postulando una matriz epistémica distinta, con un sistema de asignación de significados y procesos operativos también diferente. Muchas manifestaciones de la postmodernidad, y sobre todo, del postpositivismo, así lo hacen entender.

Martínez Mígueles (2000), haciendo alusión al concepto de paradigma elaborado por Jung, cita a Morín para reconstruir el mismo, diciendo que " un paradigma científico puede definirse como un principio de distinciones – relaciones – oposiciones fundamentales entre algunas nociones matrices que generan y controlan el pensamiento, es decir, la constitución de teorías y la producción de los discursos de los miembros de una comunidad científica determinada (...) No están en crisis los paradigmas de las ciencias, sino el paradigma de la ciencia en cuanto modo de conocer". Para este autor, el positivismo lógico, modelo o paradigma "Newtoniano – Cartesiano" que valora, privilegia y propugna la objetividad del conocimiento, el determinismo de los fenómenos, la experiencia sensible, la cuantificación aleatoria de las medidas, la lógica formal y la verificación empírica, ha sido superado y en los actuales momentos, atraviesa una transición hacia lo que él denomina el Nuevo Paradigma Epistémico.

La edificación de un nuevo paradigma epistémico, que en el plano filosófico, científico y gnoseológico plantea una nueva forma de relación entre el hombre y la realidad que le rodea, se traduce en el plano fáctico, en la conformación de un nuevo modelo de organización que, como canal e instancia de coordinación y concreción de la acción humana para el logro de finalidades diversas, ha sufrido y continua sufriendo cambios, mutaciones y adaptaciones a una nueva realidad en la cual la tradicional lógica lucrativa, mercantil y eminentemente empresarial, va cediendo espacios a la valoración de lo social, lo colectivo y lo solidario, en lo que se ha denominado la responsabilidad social de la empresa, amén del cúmulo de organizaciones agrupadas en el aún teóricamente nebuloso ámbito de la sociedad civil.

A pesar de estar en plena conformación para analizar y entender la realidad del entorno y todo cuanto en él ocurre, ese nuevo paradigma epistémico presenta, entre las tendencias que lo nutren, una revalorización del aspecto subjetivo en todo conocimiento, que no es más que una revalorización de lo humano sobre la mecanización de la razón. De este modo, el entorno actual, el medio contextual en el que insertamos la actividad humana y dentro de ésta la administrativa, ha sufrido profundas transformaciones, que han cambiado su aspecto o fisonomía tangible a la par de la manera en que la ciencia la explica. Estos cambios y transformaciones teóricas y empíricas del entorno, se resumen en dos categorías analíticas, para cada uno de los planos: la Postmodernidad y la Globalización.

No solo estamos actualmente, ante una nueva realidad empírica y fácticamente comprobada del entorno, llamada globalización, sino también, ante la construcción de un nuevo paradigma o matriz epistémica que nos permita aproximarnos científicamente a ella, que convendremos en definir como postmodernidad.

Petrash (1998) afirma que la postinternacionalización /fragmentación desigual a la cual numerosos analistas han optado por denominar "globalización" o "mundialización" es de lejos mucho más que un proceso de interés para gobiernos y negociadores comerciales o planificadores en el área de negocios. Y más aún – a decir de esta autora – por cuanto la misma sugiere una suerte de "dinámica inmensa" densa y multifacética de subprocesos interactivos y entrecruzados, globalizantes – localizantes, centralizantes en lo político y lo socioeconómico, que lo convierten en el metafenómeno y metaproceso de la política postinternacional.

Olga Benavides (2002) interviene en la discusión aproximativa al entorno actual, afirmando que, el análisis de la nueva realidad global debe hacerse desde cuatro perspectivas o niveles de observación, que integradamente, constituirán dimensiones del fenómeno. Estas dimensiones serían en la práctica cuatro niveles: Un nivel META, visión de la economía global que requiere identificar un mundo de submundos interdependientes e interactuantes, en el que se reconocen y administran recursos, mercados e intereses internacionales e interconectados que otorgan al contexto un carácter supranacional; un nivel MACRO, que lee la situación nacional y la racionalidad del Estado, las políticas públicas y las prioridades en los órdenes general y sectorial, como fragmentos que interactúan y condicionan el desarrollo de la capacidad productiva y laboral del país, de sus finanzas, sus regulaciones, sus instituciones, sus procesos y, finalmente en su inserción en el mercado ampliado; un nivel MESO, en el que se encuentra identificada cada una de las organizaciones, es decir, la empresa, la industria o entidad de servicio, con sus unidades productivas, sujetas a exigencias de condiciones cambiantes, y un nivel MICRO o individual, que comprende a empresarios, empleados, y trabajadores, constructores de la interrelación en la empresa. La referida autora, asigna a cada nivel una serie de tendencias, corrientes o movimientos que van delineando el rostro del entorno a cada uno de los niveles propuestos.

Vale señalar que aún cuando la Globalización y la Posmodernidad son fenómenos que son estudiados generalmente por separado, es evidente que forman parte indisoluble de la realidad contemporánea. En este sentido, consideramos significativo el aporte de autores como José Joaquín Brunner (1998), para quien la Globalización viene a ser la expresión cultural de cuatro (4) fenómenos interrelacionados; a saber: a) la universalización de los mercados y el avance del capitalismo posindustrial; b) la difusión del modelo democrático como forma ideal de organización de la polis; c) la revolución de las comunicaciones que lleva a la sociedad de la información, y d) la creación de un clima cultural de la época, usualmente llamado posmodernidad. Por intermedio de ellos se estaría produciendo entonces la ruptura o la transformación del proyecto y los ideales de la modernidad. En términos más estrictos –juzga el referido autor- la posmodernidad es la manifestación en la cultura de la civilización material emergente. Es su arquitectura espiritual, su lenguaje y su autoconciencia.

Aunque hay quienes le otorgan al proceso globalizatorio una motivación puramente económica – empresarial, manifestada en la conformación de mercados a escala global o planetaria, catalizada dicha dinámica por la denominada revolución informática y comunicacional, y por un conjunto de innovaciones tecno – científicas, junto a estas dos variables del proceso, (de peso considerable más no absoluto)  conviven factores políticos, ideológicos, culturales, sociales y religiosos, que interactúan dinámicamente, borrando límites temáticos y desagregando su influencia a todo nivel. Las fronteras que separan lo económico de lo político, o lo político de lo cultural, son hoy menos claras de lo que eran hace unos años atrás.

La situación del pensamiento científico,  filosófico y administrativo se caracteriza hoy, frente a esa dinámica global-factual, por:

- Valoración de lo relativo.

- Subjetividad/importancia de lo humano y lo intuitivo.

- Criticidad creciente ante visiones superficiales o justificadoras del orden actual.

- Pensamiento complejo.

- Transdisciplinariedad del conocimiento.

- Elogio de los matices y visiones equilibradas frente al reduccionismo o absolutismo científico.

- Postpositivismo.

LA ANTIGLOBALIZACION Y EL DEBATE SOBRE EL DESARROLLO

La pobreza, la exclusión creciente de grandes grupos sociales de los beneficios de la globalización, el deterioro ambiental o los efectos sociales y económicos en países subdesarrollados de medidas sugeridas por instancias protagónicas del proceso (FMI, BM), han planteado en diversos escenarios un debate en tono crítico alrededor de los efectos negativos de la globalización, al papel del Estado y las grandes corporaciones en ella, y a la búsqueda de salidas o alternativas ante dichas consecuencias no deseadas

La desigualdad social es ilustrada por  Francés (1999), cuando afirma que "el 10% de la población del mundo concentra las cuatro quintas partes de la riqueza, y no existe posibilidad real de redistribuirla equitativamente".

Ante la dinámica globalizadora, han surgido indicios recientes de lo que se ha dado en llamar la "antiglobalización", conjunto de manifestaciones de protesta, desde la calle, y de discusiones críticas en ámbitos intelectuales, como reacción de rechazo a la exclusión de amplios grupos sociales organizados en el proceso de diseño de planes de asistencia financiera de gobiernos y entes multilaterales, por una parte, y de la falta de adecuación de los criterios tradicionales de desarrollo económico defendidos por dichas instancias, por la otra.

Inmersa en este ambiente de críticas a la mundialización, y en sintonía con el debate posmoderno, en distintos círculos académicos e intelectuales de cierta influencia    se plantea en el plano de las ideas lo que los manifestantes anti-globalización han esgrimido con pancartas y piedras: una revisión de los supuestos teóricos implícitos en quienes defienden a ultranza programas de ajuste macroeconómicos ortodoxos, la liberalización de los mercados y la desregulación estatal.

Como bien lo ha esbozado Kliskberg (2000):

Hay una revalorización en el nuevo debate de aspectos no incluidos en el pensamiento económico convencional. Se ha instalado una potente área de análisis en vertiginoso crecimiento que gira en derredor de la idea de "capital social" (...) y en el reexámen de las relaciones entre cultura y desarrollo. (...) Variables excluidas o marginadas como, entre otras, las políticas y las institucionales tienen alto peso en la realidad y van a incidir fuertemente creando escenarios no previstos. Quejarse de ellas como "intrusos indeseables" no conduce a ningún camino útil. Pareciera que lo que corresponde no es reclamarle a la realidad, sino revisar el esquema conceptual con el que se está analizando, para darles su debido lugar.

El ritmo de la dinámica global, su entramado complejo y multiforme, imponen la necesaria agudeza a la hora de elaborar modelos teóricos o de contextualizar cualquier hecho, acción o decisión organizacional. Frente a este proceso, la organización asume los cambios necesarios en su conducción y en su análisis, para poder sobrevivir.

ORGANIZACIONES EN TRANSICIÓN

Los adelantos científico-técnicos y administrativos han dado paso a una concepción de la organización que, a fin de adaptarse al entorno, tiende más a la horizontalidad, ha atenuado la presión rígida de la autoridad, tiende a la desburocratización, privilegia el recurso humano sobre el recurso material o de capital, busca respuestas rápidas y certeras al mercado y configura las relaciones de su estructura en función del elemento tecnológico, en medio de la valoración creciente del conocimiento (valor intangible) como verdadera fuente de valor, que tiende a restarle importancia más no presencia a los activos fijos (valores tangibles).

Peter Drucker, uno de los más reconocidos pensadores en temas administrativos y gerenciales, ha sido testigo de la transición de paradigmas empresariales. En su obra "La sociedad Postcapitalista" (1994) expresaba ya la importancia del conocimiento en los tiempos por venir, así como la conversión de las organizaciones tradicionales en "organizaciones de conocimiento", a la vez que daba cuenta del creciente peso de las organizaciones de beneficios mutuos, no lucrativas y de voluntarios en la economía estadounidense.

Recientemente, en medio del debate sobre la "nueva economía", conformada en torno a la internet y a las transacciones vía ciberespecio,  Drucker (2000) ha manifestado que:

La corporación tal como la conocemos, y que ahora tiene 120 años, difícilmente sobrevivirá en los próximos 25 años. En términos legales y financieros sí, pero no estructurales y económicos. La corporación actual está estructurada alrededor de capas de administración. Muchas de estas capas son relés de información, y como cualquier relé, son muy débiles. Cada transferencia de información reduce el mensaje a la mitad. Es necesario que haya pocas capas de información en el futuro, y las que transmitan la información deben ser muy inteligentes. Pero el conocimiento, como se sabe, (...) se vuelve obsoleto a un ritmo increíblemente rápido.

Otra de las variables involucradas en la transición paradigmática en la noción de empresa tiene que ver con la relación organización-entorno. La relativa estabilidad y predictibilidad que caracterizaron a la economía durante muchos años, manteniendo asegurados los patrones de consumo, los estándares de calidad y el grado de competencia, en la actualidad se han tornado en una complejidad que se resume en una palabra: incertidumbre.

Herve Sériex (1994) refiriéndose a la reestructuración organizacional en marcha, verdadero "Big Bang" de destrucción-creación, hace alusión a Morín para hablar de esta complejización.

Según Sériex, conocemos la diferencia entre la complicación y la complejidad. El conocimiento analítico de los diferentes hilos que componen un tapiz no dará nunca el conocimiento de la obra de arte en su totalidad. La complicación, a decir de este autor, al término de un trabajo analítico incluso prolongado, puede ser controlada totalmente; la multiplicidad de variables y sus interacciones componen siempre resultados inesperados y no reducibles al análisis. Un conjunto es complejo cuando las relaciones entre los factores conllevan efectos de lazo o feedback, donde la variable A retroactua sobre ella misma positiva o negativamente. Es el caso de la naturaleza y del conjunto de variables económicas. Es el caso de la persona humana. Así, una empresa más humana, será necesariamente más compleja.

Así, las transformaciones históricas de reciente data sumariamente agrupadas en el proceso globalizatorio, han implicado modificaciones en la actividad humana, y por ende, en el comportamiento de las organizaciones.

A propósito de ello, vale señalar el criterio expuesto por Lanz (2000) cuando señala:

¿Con qué herramientas epistemológicas podemos hoy abordar el complejo asunto de los procesos organizacionales?...el nexo entre posmodernidad y organización se muestra muy fecundo en la exploración de posibilidades, en la búsqueda de salidas a la crisis, en el esfuerzo compartido por repensar los equipajes teóricos heredados.  La propuesta de transcomplejidad como telón de fondo de los enfoques posmodernos sobre los procesos organizacionales es sólo una muestra de las enormes potencialidades que se abren en medio del colapso de los viejos paradigmas.

Se asoma entonces, como firme tendencia que alimenta el nuevo o futuro concepto organizativo, el de la humanización de la estructura, que supera la inhumanidad de concepciones mecanicistas, formalistas o productivistas de corrientes clásicas del pensamiento administrativo, a tono también con el debate posmoderno que defiende y celebra el rol de la subjetividad y de la conciencia individual como elemento básico en la nueva  y necesaria manera de indagar la realidad.

LAS ORGANIZACIONES, LA SOCIEDAD CIVIL Y EL TERCER SECTOR

Frente a la construcción de un nuevo  paradigma epistémico y empresarial, así como a la agudización de las desigualdades económicas, sociales y educativas entre estratos sociales y entre países, han aparecido en el escenario formas organizativas que pretenden disminuir esa brecha de desarrollo, y llenar el vacío que la acción estatal ha dejado, sobre todo en el llamado Tercer Mundo, en la prestación de los servicios más esenciales y en el logro de mejores condiciones de vida.

La multiplicidad de experiencias y organizaciones, que nacional y mundialmente se ubican en ese espacio difuso que no pertenece ni a la estructura estatal o sector gubernamental, y tampoco encaja en el sector empresarial privado, plantea entonces problemas a la hora de definir una clasificación o taxonomía organizativa por lo demás tan abundante como poco uniforme.

Sector no lucrativo o sin fines de lucro, organizaciones voluntarias, organizaciones de beneficios mutuos, cooperativas, asociaciones de vecinos, consumidores, asociaciones comunitarias, organizaciones no gubernamentales, son algunas de las denominaciones que contribuyen a la referida heterogeneidad conceptual, que no por ello impide percibir una tendencia: un aumento en el número, capacidad de convocatoria y de influencia de esquemas organizacionales que emergen de las entrañas de la sociedad, distintas al Estado y a la empresa privada tradicional. La denominación de "Tercer Sector" está asociada a este tipo de organizaciones y al contexto en el cual surgen.

A este respecto señala Moreno Contreras (2002) lo siguiente:

(Entre los) resultados del mundo que ha edificado la globalización, ya sea por medio de ajustes estructurales o la modificación de la política social...la inequidad, los cambios ambientales, la falta de democracia y transparencia, el manejo de las instituciones económicas internacionales en beneficio de intereses corporativos y financieros, los cambios estructurales, la menor participación del Estado en políticas de redistribución, y la carencia de controles y contrapesos democráticos que garanticen una mejor distribución de los frutos del progreso entre la sociedad, son temas retomados y discutidos por asociaciones e individuos agrupados en el Tercer Sector, el cual adopta formas de organización y participación más allá del Estado y del mercado.

Este sector, en tanto ámbito amplio, diverso y variopinto que aglutina una extensa gama de agrupaciones, asociaciones y organizaciones con intereses que van desde la solución de los más elementales problemas vecinales o comunitarios, cooperativas, voluntariado, hasta las acciones desarrolladas por grupos ecológicos u organizaciones de derechos humanos, basándose en una intención eminentemente gregaria y humana de asociatividad y unidad de esfuerzos, se trazan objetivos y finalidades que trascienden los ámbitos exclusivos del Estado o la gestión gubernamental, y también los de la clásica empresa privada.

Peter Drucker, citado por Llano (1994),  abunda en la descripción del fenómeno e ilustra este nuevo panorama organizativo:

El relevante papel de la cultura (...) dentro de las organizaciones mercantiles o (...) el reconocimiento de su relevancia, no sólo generó transformaciones radicales dentro de ellas, sino que destapó la posibilidad de otras organizaciones con finalidades y naturalezas diferentes. (...) La sociedad se hace pluralista de un modo nuevo, porque el protagonismo social se traslada a organizaciones basadas en una función dentro de la sociedad, y no, como hasta ahora, en la participación del poder político o la participación en el mercado (...) Puede entreverse que estos objetivos no son ya las finalidades propagadas por las abstracciones modernistas, a saber, poder y dinero, sino que se encuentran en la función social que realizan.

Por otra parte, el uso generalizado del término "sociedad civil" y su irrupción en la discusión pública, contrastan con la poca claridad en el común de la gente con relación a su significado. Combellas (2000) contribuye al debate al afirmar que, en su acepción moderna la expresión sociedad civil se ha definido negativamente, como oposición al Estado. Citando a Bobbio, la define como "la esfera de relaciones sociales que no están reguladas por el Estado, entendido –de forma limitada y casi siempre también polémica- como el conjunto de los aparatos que ejercen el poder coactivo de un sistema social organizado."

Combellas argumenta, igualmente, que el financiamiento público, nacional o internacional, de las organizaciones de la sociedad civil (en el cual se incluirían las ONG ) no es un factor de descalificación, siempre y cuando éste no sea lo suficientemente determinante para establecer una relación de dependencia o subordinación con el Estado.

Fischer (1998), refiriéndose a las Organizaciones No Gubernamentales, afirma que el crecimiento de la economía informal y el surgimiento de las ONG son como dos grandes fuentes organizacionales que burbujean desde abajo, ambas basadas en las demandas de autonomía y fortalecimiento de la sociedad civil. La economía informal y lo que denomina sector independiente no son idénticos, pero se traslapan, con un potencial conjunto para fortalecer la capacidad de sostenimiento económico institucional.

La referida investigadora expresa que:

Las ONG son, en parte, el producto del sistema que ahora desafían. (...) La incapacidad de los gobiernos para empezar a afrontar los retos crecientes del desarrollo sustentable ha ampliado enormemente la brecha que separa a la realidad de lo que el pueblo cree posible. (Fischer 1998:46).

Paul Streeten (1999) ha hecho referencia a lo que considera es la nueva tendencia en afianzar el papel de las ONG, las organizaciones voluntarias privadas y las cooperativas, y a restar importancia a las grandes burocracias estatales. Según este autor:

durante el período 1973-88, había una participación de las ONG sólo en el 6% de los proyectos financiados por el Banco Mundial; en 1990, en el 22%, y en 1998-99 en el 54%. Se incentiva la participación de las ONG no sólo en la ejecución sino también en el diseño y la planificación de los proyectos. También ha aumentado la participación de las ONG de los países en desarrollo en proyectos del Banco. Mientras que en el período 1973-91, el 40% de las ONG con las que el Banco colaboraba en diferentes proyectos eran internacionales, hacia 1998 las organizaciones comunitarias representaban el 70%, las ONG locales el 80% y las ONG internacionales sólo el 25%.

Por otra parte, el impulso que el Estado venezolano le pretende dar a las organizaciones de la sociedad civil organizada, en su variedad de expresiones y formas organizativas, ha quedado materializado legalmente en la Constitución Nacional, y en la Ley de Creación, estímulo, promoción y desarrollo del sistema microfinanciero.

La Carta Magna, en su artículo 308, (Capítulo I "Del régimen socioeconómico y la función del Estado en la Economía, del Título VI, del Sistema Socioeconómico) establece que "el Estado protegerá y promoverá la pequeña y mediana industria, las cooperativas, las cajas de ahorro, así como también la empresa familiar, la microempresa y cualquier otra forma de asociación comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo, bajo régimen de propiedad colectiva, con el fin de fortalecer el desarrollo socioeconómico del país, sustentándolo en la iniciativa popular. Se asegurará la capacitación, la asistencia técnica y el financiamiento oportuno".

Este financiamiento oportuno, se ha concretado en la ya aludida "Ley de Microfinanzas", como también se le conoce (Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, Nº 37.164, del 22-03-2001), que le ha permitido al gobierno entregar una suma considerable de recursos (Bs 15,7 millardos para marzo de 2002) en microcréditos a comunidades, agrupaciones, asociaciones y personas de estratos deprimidos económicamente, a pesar de las críticas generadas en razón de la ausencia de garantías de recuperación de los mismos, la exclusión del sistema microfinanciero de la supervisión de la Superintendencia de Bancos, y del impacto real de los microcréditos, provenientes sólo del Estado con exclusión del sector privado, en la reactivación productiva del país, en una visión meramente asistencialista y dadivosa del proceso de estímulo a la iniciativa empresarial popular.

EL PARADIGMA ORGANIZATIVO EN GESTACIÓN

La tendencia posmoderna en el terreno gerencial, que hace énfasis en la relatividad de cualquier visión o postura conceptual, y además resalta el papel de la subjetividad y de la variable cultural en cualquier análisis de lo organizativo-gerencial, avanza paralelamente a la emergencia de una amplia gama de esquemas organizativos, agrupados en diversas denominaciones cuya diversidad denota su complejidad y novedad (sociedad civil; sector no lucrativo; capital social; economía informal; economía social o popular; tercer sector, entre otras).

El paradigma empresarial en construcción y conformación actualmente, plantea entonces variaciones en la fisonomía estructural y en los valores y concepciones que guiaron, décadas atrás, el funcionamiento de la organización empresarial. El futuro avizora ya, según los indicios y tendencias percibidas en el presente, además del replanteamiento de la idea de empresa, la consolidación de organizaciones que, asumiendo los contornos de la nueva organización, se diferenciará de los valores y objetivos de la clásica empresa lucrativa, para alcanzar finalidades en el ámbito del desarrollo social, y en un mercado que tiende a volverse más competitivo, pero cuyo éxito y equilibrio depende de una visión más humana del trabajo organizado, del desarrollo y de la creación y distribución de riqueza.

La documentación y reseña de experiencias organizativas exitosas, en el ámbito del sector independiente y de ONG y OPC en el plano nacional, regional y mundial, como lo son Fe y Alegría,  Ascardio, Cecosesola y las Ferias de Consumo Familiar en Venezuela, el Consultorio Conchalía de la Sociedad Interdisciplinaria para el Desarrollo (SOINDE), la Fundación Cristiana de Acción Social y Educacional (FUNCASE), el Taller de Vivienda Social  (TVS) y Finanzas Nacionales e Internacionales para la Mujer (FINAM) en Chile, la Unión de Pequeños Agricultores del Atlántico (UPAGRA), la Asociación para la Conservación y Desarrollo de los Cerros de Escazú (COSEDE) y la Fundación Promotora de la Vivienda (FUPROVI) en Costa Rica; la experiencia de Villa el Salvador en Perú, así como el Grameen Bank en Bangladesh, refuerzan la tesis de que la transición paradigmática empresarial, ha asumido como valores y criterios organizativos y gerenciales la solidaridad, la cooperación, la democracia, el consenso en la toma de decisiones, la responsabilidad social, la participación, la confianza y la importancia del aspecto humano en los procesos de desarrollo económico y empresarial.

La obra "Gerencia Exitosa con sello latinoamericano" (Gómez et. al, 1998) elaborada conjuntamente por el Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA) y Venezuela Competitiva, ofrece una aguda visión de una selección de ocho experiencias organizativas exitosas, cuyo análisis aporta novedosos insumos en relación a la variable cultural-institucional y humana en la gerencia de organizaciones venezolanas, frente a la adopción ciega de modelos gerenciales extranjeros.

En esta dirección, Leal y Vivas (1998) resumen en cierta forma uno de los mensajes del texto:

En la cultura latina –es un reproche- el logro ocupa un último lugar mientras campean las motivaciones de afiliación y poder. Y resulta que las organizaciones exitosas en América Latina no lo consiguen porque siguen claves culturales asimiladas o copiadas; ajenas en fin. No. De hecho, (...) todas las organizaciones a su manera, logran movilizar con gran fuerza la afiliación, sin esterilizar el logro, haciendo también que la motivación de poder cumpla su papel ductor. Y eso se logra porque cumplen sus funciones sin negar sus orígenes culturales; por el contrario, operan apoyándose, precisamente, en aspectos específicos de la forma de vida venezolana de los que muchas veces se reniega: fuerte afiliación, informalidad, participación como herramienta movilizadora, improvisación que conduce a la innovación cuando se sistematiza. (p. 32)

En el caso particular de las Ferias de Consumo Familiar y de la vasta experiencia cooperativa de CECOSESOLA, organización emblemática en materia de organización comunitaria en el estado Lara, destacan varios estudios e investigaciones que abordan las características y rasgos administrativos del esquema de organización desarrollado.

En este sentido, Gómez Calcaño (1998) establece que

(...) el rasgo central de esta organización es la flexibilidad y la fluidez, por lo cual todas las estructuras e instancias tienen un carácter temporal, y tienden a ser sustituidas por otras cuando se considera que han dejado de ser útiles (...) Los controles administrativos y económicos son dictados por la necesidad de garantizar la viabilidad económica de la experiencia, pero son también ejercicios de participación, en la medida en que son ejercidos en forma colectiva y rotativa, y están sujetos a examen y discusión por todo el grupo.(p.25)

Frente a esta cambiante realidad y ante la emergencia de un nuevo paradigma organizativo, luce impostergable la exigencia de reducir la distancia entre teoría y realidad, a fin de que el desarrollo organizativo y el conocimiento administrativo que se aboque a estudiarlo, contribuyan a alcanzar el desarrollo social y humano, como última y principal finalidad del conocimiento.

CONCLUSIONES

El análisis del entorno, de la realidad, plantea hoy la referencia al proceso de globalización, como constructo teórico que sintetiza al conjunto de cambios económicos, políticos, tecnológicos, sociales y culturales, en el plano fáctico o empírico, así como el surgimiento de la Posmodernidad, como la tendencia o corriente teórico-filosófica que establece el modelo analítico-conceptual para estudiar dichas transformaciones. La globalización/posmodernidad definen así una relación realidad fáctica/modelo teórico, válida y pertinente en cualquier aproximación al contexto o entorno actual.   

El esquema de organización empresarial clásico, vigente por mucho tiempo, está siendo sustituido por un nuevo modelo de organización con un conjunto de características que colocan el énfasis en el plano subjetivo y humano, y en la flexibilidad ante la rapidez y vertiginosidad de los cambios en el entorno. Frente a la empresa, surgen organizaciones no gubernamentales y de participación comunitaria, que con valores, concepciones y objetivos distintos, asumen los rasgos del nuevo paradigma empresarial para alcanzar eficientemente  y con éxito sus objetivos.

Un tipo particular de organización, puede implicar un tipo igualmente particular de administración, tal como lo plantea el enfoque situacional de la administración. Si se acepta que la noción de organización, lato sensu, establece el logro de determinados objetivos, desarrollando para ello acciones o actividades coordinadas y estructuradas, la naturaleza empresarial, comunitaria o no gubernamental de la organización, comporta criterios y valores que guiaron su creación y constitución inicial y que por ende, debe estar presentes en la toma de decisiones y en el proceso administrativo. El "qué" y el "para qué" de la organización, definen el "cómo", esquema específico de organización adoptado, así como el tipo de administración a desarrollar.

Los criterios decisorios y patrones administrativos propios de la empresa privada que persigue un lucro, generar ganancias o riqueza, estipulan un modelo administrativo de costos y beneficios en el que lo económico-utilitario prevalece sobre otros aspectos. Pero cuando los objetivos perseguidos tienen que ver con beneficios intangibles como calidad de vida, bienestar social, desarrollo o  superación de la pobreza, el modelo administrativo, si dejar de emplear criterios de eficiencia económica o rentabilidad, debe nutrirse de consideraciones y premisas acordes a la naturaleza de la organización, y a valores o medidas más difíciles de identificar. La administración de lo social, de lo público o lo comunitario, define su fisonomía de manera contingente a las necesidades a resolver, sin obviar las premisas e hipótesis básicas del conocimiento administrativo.

La realidad económica, social y política venezolana, plantea un escenario recesivo, pero a su vez la existencia de novísimas normas constitucionales y legales que reflejan la intención del Estado de dar cabida a las organizaciones de la sociedad civil en los procesos de gestión pública, prestación de servicios y en la lucha contra la pobreza.

El conocimiento y la práctica administrativa desarrollada en Venezuela, debe ajustarse a esta nueva realidad, incorporando la distinción entre tipo de organización, objetivos y esquemas gerenciales, a fin de permitir su adecuación teórica y científica al nuevo paradigma empresarial y organizativo en gestación.

La existencia de experiencias exitosas a nivel nacional e internacional, de ONG´s y OPC´s enmarcadas en este novedoso sector, evidencian la posibilidad de desarrollar una práctica administrativa y gerencial en sintonía con los principios que las rigen, y que deben incorporarse a la teoría administrativa a objeto de posibilitar su compresión y aplicabilidad en el futuro, frente al crecimiento y proliferación de dichos modelos organizativos.

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